Dénia, la ciudad milenaria que alcanzó la cumbre de su esplendor con la taifa de Muyahid y Ali, revivió el sábado su pasado más vibrante. Y lo hizo a través de la danza. La sala Condado acogió el espectáculo "las mil y una noches", que formaba parte del festival "Nefer Al-Jawhara". Nefer es la gran introductora de la danza oriental en la Marina Alta. El espectáculo reunió a algunas de las grandes figuras del "belly dance" (danza del vientre). Desde Francia, llegaron Zomzom Mustapha y Ihlan, bailarines que han fusionado el folclore árabe y los nuevos bailes. Se inspiran incluso en los vanguardistas bailes urbanos. La danza oriental está constantemente en movimiento (arrebatado movimiento) y asimila influencias que le llegan de oriente y occidente. El baile traspasa fronteras.

También deslumbraron la genial Rosaleda, un torbellino de energía, y Ana Francés, organizadora del Alcoi Oriental, un festival que difunde esta maravillosa danza en tierras de Al-Azraq.

Nefer desplegó su enorme técnica. Domina todos los registros de la danza oriental, y lo hace con una fuerza y sensualidad que hipnotizan. A pesar de su juventud, ya ha creado escuela en la Marina Alta. Sus alumnas estuvieron sublimes. Se atreven con todo, con la voluptuosa y sedosa danza de los velos o con las impresionantes alas de Isis.

Las presentadoras, Empar Ferrer y Elisa Torres, dieron en el clavo al subrayar las influencias orientales que ha recibido Dénia durante su milenaria historia. La antigua Daniya vibró con la danza del vientre.