El primer fin de semana de la temporada oficial de playas de la Marina Alta ya ha dejado un complicado rescate. Un bañista de unos 30 años y de nacionalidad belga quedó atrapado la noche del domingo en el acantilado que está entre las calas de Els Testos y del Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell. Sus amigos avisaron sobre las 22 horas de que no lo localizaban. Pasadas ya las 3 de la madrugada los bomberos del parque auxiliar de Benissa y del grupo de rescate lo sacaron sano y salvo de este abrupto litoral.

La cala que eligieron estos bañistas, la de Els Testos, tiene sus riesgos. Se baja por un estrecho barranco. Hay tres tramos en los que hay que descolgarse con cuerdas. El último resulta especialmente complicado. La caída es de unos siete metros. La roca está muy pulida y resbaladiza y, al tiempo que se desciende asido a la cuerda, hay que tener mucho tiento para meter la punta de los pies en las pequeñas oquedades.

La cala de Els Testos no es una rareza en el litoral de la Marina Alta. Está salpicado de recónditas playitas a las que cuesta llegar. En Xàbia, varias antiguas pesqueres son ahora populares zonas de baño. Una de ellas es la del Foc d'Ambolo. Se baja por una senda con trechos de empinada escalera. Al agua se entra de un salto. Salir es otro cantar. Una cuerda ayuda a trepar. Pero con un poco de oleaje cuesta mucho salir del mar.

Mientras, en la cala del Cap Blanc (este cabo separa Teulada-Moraira de Benissa), hay que caminar por una angosta cornisa hasta llegar a una escalera de aluminio.

Todo el litoral desde les Rotes de Dénia hasta el Morro de Toix en Calp esconde calas de complicado acceso. Son lugares paradisiacos. Pero los bañistas deben enfrentarse con mucho respeto a esa belleza salvaje de una costa que no es para ir jugando. Todavía hay turistas que bajan a calas de la Marina Alta como la de Els Testos calzados con chanclas y cargados con neveras. Una imprudencia.