«Llevamos 13 años aquí. Hemos rescatado a más de 70 caballos. Ahora no tenemos a dónde ir». Jodie Darrick-Hayter es una apasionada de los caballos. Se desvive por ellos. Ha acogido a equinos escuálidos, maltratados y por los que nadie daba ya un duro. Gestiona junto a su padre, de 73 años, la Hípica de Ondara. Y ahora el tiempo corre al galope.

La dueña del terreno le exige que el 8 de julio las instalaciones ecuestres estén vacías y desmanteladas. «Hemos invertido todo nuestro dinero aquí. Mi padre y yo vendimos nuestras casas de Londres y Pedreguer. Vivimos en la hípica», afirma Jodie, que está buscando desesperadamente un terreno de como mínimo 5.000 metros cuadrados cercado y que disponga de luz y agua.

Ahora cuidan en la hípica a once caballos y tres perros rescatados. Todos tienen una historia estremecedora. Jodie, que posee el título de profesora de equitación y está especializada en atención sanitaria a equinos, se sabe al dedillo las desdichadas vidas de estos animales.

«A muchos de ellos los hemos recogido enfermos y nos ha costado mucho que sanasen. En otras ocasiones, no hemos conseguido salvarlos. También hemos ayudado a la gente que tenía caballos y los cuidaba bien, pero que ya no podían hacerse cargo de ellos. Aquí los hemos acogido», explicó Jodie.

La responsable de la hípica asegura que ella y su padre, cuando alquilaron hace 13 años este terreno de 13.194 metros cuadrados de la partida Marjals de Ondara, tuvieron que limpiarlo a fondo. Había sido un almacén de piensos. «Había cientos de ratas», recuerda.

Firmaron el contrato de alquiler (600 euros al mes) y tramitaron el certificado de compatibilidad urbanística para la actividad de hípica y las licencias. Al principio querían criar caballos de pura raza española y frisones holandeses y venderlos en Gran Bretaña. Pero el negocio evolucionó hacia las clases de equitación y los paseos a caballo. Además, empezaron esa labor de rescatar caballos abandonados, maltratados y enfermos.

«Aquí han venido niños discapacitados, con hiperactividad o con Asperger. La terapia con los caballos les va muy bien», subraya Jodie. «Tenemos también a una señora de 84 años que viene regularmente a practicar equitación».

La dueña del terreno les ha pedido que se lo compren por 230.000 euros, según revela Jodie. «No podemos. Todo lo que teníamos lo hemos invertido aquí».

«A nuestro abogado le ha dicho que tenemos que sacar los muebles antes del 8 de julio. ¿Pero qué muebles? Aquí tenemos animales, que es algo muy distinto», afirma.

Ahora el tiempo galopa desbocado en la Hípica de Ondara. Tienen que encontrar unas nuevas instalaciones, trasladar a los caballos y perros y sacar las licencias. «El registro Rega (Explotaciones Ganaderas) tarda bastante. No sé cómo lo vamos a hacer. Es todo muy precipitado. Estamos desesperados».