El águila pescadora desapareció de la Península por la persecución del hombre. El experto Miguel Ferrer advirtió ayer de que esta especie sobrevivió en los países protestantes mientras que declinaba en los católicos. Apuntó que a finales del XVIII y principios del XIX se criaba en balsas pescado para comerlo los días de Cuaresma. Estas aves se alimentaban allí. Y se las empezó a hostigar con saña inquisitorial. A escopetazos, la especie se extinguió en la Península