El gozo, en un pozo. La nueva alcaldesa de Calp, Ana Sala, del PP, (ya ocupó el cargo a final del pasado mandato, pero como munícipe accidental), debutó con un decreto en el que ordenaba a una promotora que está levantando apartamentos en la calle Alemania que dejara de verter el agua de la obra (es la que bombea del nivel freático) al barranco y a la playa del Arenal. El vertido ha creado un turbio río que desemboca en el mar y parte en dos la playa.

Pero la orden no ha surtido efecto. El concejal del PSPV y miembro de ACEC (Asociación Cultural y Ecologista de Calp), Marco Bittner, ha constatado que la promotora sigue tirando el agua, que lleva tierra en suspensión, al barranco y a la playa. La empresa necesita de un permiso de Costas para arrojar agua al dominio público marítimo-terrestre. ACEC afirma que "al parecer no consta ningún permiso de la Confederación Hidrográfica del Júcar ni de Costas".

Los ecologistas lamentan que, pese al cambio de gobierno (sigue gobernando el PP pero ahora con Ciudadanos), "no se cumple la ley". Advierten de que, en esta ocasión, no sólo se daña el medioambiente, sino que también se pone en peligro el turismo. Y dan "un margen de confianza" al equipo de gobierno para que adopte "medidas contundentes que preserven la integridad del territorio".