El Ministerio para la Transición Ecológica ya sabe cómo ponerle dique a la imparable regresión que sufre el litoral de les Marines de Dénia. Y lo de poner dique es literal. El proyecto para regenerar la costa comprendida entre la desembocadura del río Girona y el puerto, donde hay tramos en los que la playa ha desaparecido por completo (el del Blay Beach), prevé la construcción de dos espigones, uno en la Punta de Els Molins, que medirá 340 metros (195 emergidos y 145 sumergidos), y un segundo en la playa del Blay Beach, que será de 345 metros (210 que saldrán del agua y 135 sumergidos). Funcionarán como una «trampa de arena». Es decir, retendrán el sedimento y evitarán lo que ha pasado en los últimos años, en los que Costas se ha cansado de verter más y más arena que se tragaba el primer temporal. Se construirán en puntos donde la pradera de Posidonia oceania está alejada de la costa.
El proyecto de regeneración, que el ministerio sacará a licitación por 13,3 millones de euros, ya cuenta con el visto bueno de la Subdirección General de la Costa. Ahora está en exposición pública.
En ese tramo litoral entre la Punta de Els Molins y el Blay Beach, el más castigado por la erosión, se verterán 452.103 metros cúbicos de arena. Mientras, la franja entre el río Girona y la Punta de Els Molins se regenerará con 19.675 m3 de cantos rodados (en la playa de l'Almadrava) y 11.819 m3 de arena que se empleará en recuperar el cordón dunar. Este proyecto, de hecho, incide en que el futuro del litoral de les Marines pasa por recuperar una línea continua de dunas que dé estabilidad a las playas. La empresa que lo ha redactado, Ingemed, es muy clara al señalar la causa principal de la regresión de esta costa: «la elevada presión urbanística».
En el tercer tramo entre Blay Beach (o Platja Nova) y el puerto dianense, también se restaurarán las dunas con un aporte de arena de 8.062 metros cúbicos.
Los autores del estudio atribuyen a las «fuertes erosiones» y la «elevada presión urbanística» la «desaparición prácticamente total de las dunas». Advierten de que el cordón debe recuperar una dimensión que asegure «el resguardo» de las construcciones de primera línea. La cosa tiene su miga. Los edificios que se cargaron las dunas se protegerán ahora de los temporales y del avance del mar con una nueva «muralla» de dunas.
El proyecto incide en que las dunas también son claves para contener el ascenso del mar provocado por el cambio climático.
La construcción de los dos nuevos espigones se ha presupuestado en 647.563 euros. Mientras, la regeneración de la playa sube a 6,8 millones. Recuperar el cordón dunar costará 1,6 millones. Los trabajos se acabarán en 12 meses. Pero todavía deben licitarse.
