Xàbia es un pueblo con muy buen fondo. Fondo marino. Y no es una apreciación subjetiva. La Fundación Oceanogràfic ha constatado que «la salud de la biodiversidad de los fondos marinos es buena o muy buena». Y la investigación, bautizada como «Projecte Xàbia», abraza nada menos que 27 kilómetros de litoral. Los expertos han explorado y cartografiado 4.910 hectáreas marinas. Es todo el litoral comprendido entre el cabo de Sant Antoni y el Cap d'Or de Moraira. Han concluido que su riqueza sumergida es comparable a la de Les Columbretes y Tabarca.

Pero bajo el mar tampoco todo el campo es orégano. Hay un tramo litoral, el de la Cala Blanca y la Sardinera, el de los fondeos masivos de embarcaciones de recreo, en el que la extraordinaria pradera de posidonia oceánica de Xàbia baja de nota. De muy buena pasa a simplemente buena. El estudio advierte del «retroceso» de este hábitat protegido y clave en la biodiversidad marina en ese tramo costero de «alta frecuentación de actividad humana». Se refiere a los fondeos. El ayuntamiento ha instalado 70 boyas. Son pocas. Los navegantes se conciencian y sueltan el ancla en fondos donde no hay posidonia. Pero la presión náutica es tan elevada que, tras el verano, se detectan «evidencias del impacto sobre la posidonia». En la Sardinera y la Cala Blanca, donde en los días de agosto se llegan a contar más de 200 embarcaciones, se observa «grado de descalzamiento, necrosis y biomasa de epifitos».

La investigación permitirá ahora «monitorizar» la evolución de estas praderas marinas. Arrojar el ancla sobre la posidonia está prohibido. En Balears, ya se imponen sanciones. Aquí se conciencia.

El director del Projecte Xàbia, Francisco Torner, destacó ayer que este estudio es «una magnífica herramienta» para hacer seguimiento del estado de conservación de los fondos marinos. También rompió una lanza a favor de la náutica. Dijo que el club náutico de Xàbia y Marina Nou Fontana han abierto sus puertos deportivos a las tareas de concienciación. Advirtió que los escolares de Xàbia están implicadísimos en salvar la posidonia.

Mientras, el biólogo Alejo Muruego advirtió de otras afecciones como el de la menor densidad tras el verano de los falsos corales rojos (Myriapora truncata) y de las esponjas Dysidea fragilis.

Admitió también que cuando hacen inmersiones constatan que los plásticos y microplásticos son un problema ya incluso en aguas tan transparentes como las de Xàbia.

Mientras, el alcalde, José Chulvi, defendió el binomio del «conocimiento y la estima». Apeló al turismo sostenible con «trellat».