La biblioteca es una tentación. Ahora que aprieta la canícula no hay lugar más atemperado y apacible. Por el aire acondicionado y por consagrarse a la lectura, una pasión que distrae de los sofocos del día a día. Dénia abrió hace 6 meses su nueva biblioteca de la Casa de Sant Josep. Está en el meollo de la ciudad. En pleno centro histórico. Restaurar esta casa de la burguesía de la pasa, cerrada durante años y que amenazaba ruina, costó 1,5 millones. El dinero llegó del 1,5 % Cultural del Ministerio de Fomento. Y no hay inversión más rentable. Los números están ahí.
En estos primeros 6 meses, la biblioteca ha recibido 43.605 visitas. Superan de largo las que la antigua biblioteca tuvo durante todo 2018 (34.354). Además, se ha acrecentado el interés por los libros. Los vecinos han sacado en préstamo 17.057 obras (12.107 en todo 2018). La biblioteca ha realizado 540 nuevos carnés (283 el pasado año).
Las cifras son incontestables. Las letras tienen tirón en Dénia. Y más desde que funciona esta moderna (por dentro) e histórica (en su traza arquitectónica) biblioteca.
Para celebrar la efeméride de los 6 meses se abrió al público la magnífica azotea. Desde ahí arriba se domina la urbe. Las vistas del castillo y de los campanarios que sobresalen del convento de las Agustinas y de las iglesias de l'Assumpció y Sant Antoni son extraordinarias. La biblioteca da una nueva perspectiva. La torre, con ese cromatismo azul tan singular, ya forma parte del paisaje de Dénia.
Mientras, Calp, que no ha estrenado biblioteca, también le tiene afición a la lectura. Más de 18.000 personas pasaron desde enero a junio por su biblioteca Joanot Martorell. Ahora, cuando el calor aprieta, apetece refugiarse en los libros. Y en las frescas bibliotecas.
