Dénia ha dado esta tarde su último adiós a Pepe Piera 'El Pegolí', el último cocinero de esa estirpe que puso a la ciudad en el firmamento gastronómico (luego cocineros como Quique Dacosta tocaron las estrellas). El funeral, celebrado en la iglesia de Sant Antoni, ha tenido el obligado homenaje marinero. Algunos de los muchos amigos de 'El Pegolí' han sostenido los remos de un llaüt bogador y le han hecho un pasillo al féretro, que portaban los agentes de la policía local. El cocinero inicia ahora una nueva singladura por mares que no han de ser muy distintos a ese trocito del Mediterráneo de Dénia al que Pepe se sentía íntimamente unido.

Tras el féretro iban su esposa, Catalina, y sus hijas, Mari Luz y Mari Ángeles. Han recibido el calor de centenares de amigos de 'El Pegolí', toda una personalidad a los fogones y también en esa Dénia de la que era asiduo, la de la cofradía de pescadores o el Mercat Municipal. Al funeral, han asistido, entre otros, la presidenta de los hosteleros de la Marina Alta, Cristina Sellés, el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, el escritor Manuel Vicent o el cocinero Quique Dacosta. Este último aprendió de 'El Pegolí' la pasión por el producto. Pepe fue el gran embajador de la gamba roja, un marisco fetiche en la cocina de Dacosta.

Mientras, Manuel Vicent alabó en sus artículos en "El País" la cocina hedonista de 'El Pegolí'. Describió un rasgo de absoluto genio. Cocinaba una "llandeta" o "suquet de peix" y la regaba con cava. El genio forma parte ya de una historia de Dénia que trasciende la gastronomía. Fue protagonista de la ciudad que conciliaba la tradición y su hospitalidad de pueblo con el despegue del turismo.