Numerosos pasajeros del ferry que encalló anoche en la bocana del puerto de Dénia han tenido que hacer noche en la estación marítima de Baleària Port. La compañía les ha dado mantas y ha habilitado dos autobuses (salían esta mañana a las 8 horas) con destino a València y Alicante. Los pasajeros han vivido horas de miedo y angustia. "Sentimos pánico. El barco empezó a arrastrar unos 15 ó 20 metros y a crujir. Hizo un 'crac' interminable. Fue un ruido horrible. Nos entró mucho miedo", ha relatado Pere, que es de Mallorca y que tenía previsto tras desembarcar en Dénia viajar al pueblo de la familia en Albacete. "Cogí el chaleco salvavidas y se lo puse en seguida a mi hija".

"Pero ahora tenemos el coche atrapado en el barco. También tenemos allí parte del equipaje. En cuanto abran, alquilaremos un coche y nos iremos", ha añadido Pere que, junto a su familia y a otros muchos de los 393 evacuados ha hecho noche en la estación marítima. "No hemos dormido nada. Nos hemos acurrucado en las butacas. Estamos agotados y destemplados", ha explicado.

Este pasajero también ha afirmado que el miedo se acrecentó "durante las dos horas que estuvimos dentro del barco". "Los cristales están ahumados y no ves nada de lo que ocurre fuera. No teníamos aire acondicionado y hacía un calor horrible. Los niños lloraban y estaban muy asustados".

Además, sostiene que el rescate empezó a cuentagotas. "Menos mal que se incorporaron Salvamento Marítimo, que llevaba a tierra de 30 a 30 personas, y la Guardia Civil. Pero nosotros hemos salido casi a las dos de la madrugada. Imagínate la angustia".

David, que es de Albacete y volvía de sus vacaciones en las Baleares, ha indicado que no sintieron un golpe brusco. "Fue un crac crac crac", afirma este pasajero que coincide con los otros en lo que notaron cuando el barco encalló. "Yo me asusté más cuando salió la tripulación con el chaleco salvavidas ya puesto, y nos dijeron que nos lo pusiéramos todos los pasajeros". David apuntó que la tripulación, en un primer momento, les indicó que había habido "un problema" y que iban a remolcar el barco al puerto. Luego, afirmó, les avisaron por los altavoces de que "la cosa era más grave y que nos tenían que evacuar".

Pedro, que es de Madrid y viaja con su esposa y sus dos hijos, asegura que "todo fue muy descontrolado". "Estamos todavía desconcertados. Tras evacuarnos, resulta que no hay ni una plaza de hotel libre en 100 kilómetros a la redonda, y tampoco había taxis. Hemos tenido que hacer noche aquí. Tenemos el coche y las maletas en el ferry. Es un desastre".