La iglesia de Sant Bertomeu de Xàbia, del siglo XVI, le tiene miedo al cielo. Han vuelto las goteras. Y los feligreses han sacado los cubos y las fregonas y han cubierto con plásticos los bancos. El templo sufre filtraciones de agua desde hace más de una década. Ahora, con las lluvias torrenciales, caía agua desde lo alto de la bóveda de crucería.

El proyecto para eliminar las goteras y las humedades (la tosca, piedra con la que está construido el templo, es muy porosa) y cerrar las grietas es urgentísimo. Parece que está un poco más cerca. El pasado mes de enero se envió a la dirección territorial de Cultura de Alicante. La iglesia es Bien de Interés Cultural (BIC). En 1932, el Gobierno de la Segunda República la declaró monumento histórico-artístico. El proyecto lo ha redactado el arquitecto conservador de la catedral de València y del monasterio de Santa Maria de la Valldigna, Salvador Vila Ferrrer.

Este templo, una de las joyas del gótico valenciano, tiene siempre puesto un ojo en el cielo. Cuando hay lluvias torrenciales, toca sacar los plástico y colocar cubos bajo las goteras. Un ritual nada celestial.