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Suciedad

Un mirador de Xàbia en el que está prohibido fumar, repleto de colillas

Los cigarrillos ponen en peligro la masa forestal de la Falzia, una de las más valiosas del litoral de la Marina

Un mirador de Xàbia en el que está prohibido fumar, repleto de colillas

La contaminación ya llega a los lugares de más belleza natural. En el acceso al mirador de la Falzia de Xàbia, que forma parte de una de las masas forestales más valiosas del litoral de la Marina Alta, hay un cartel que avisa de que está prohibido fumar. El espectacular paisaje ya debería bastar para extasiarse y olvidar encender un pitillo. No es así. El suelo del mirador está repleto de colillas. Los fumadores se sientan en los bancos y prenden y apuran el cigarro. Luego tiran la colilla.

La prohibición de fumar busca salvaguardar el paisaje y la riqueza natural. Los cigarrillos ponen en peligro este frondoso bosque. Las colillas acaban en la reseca pinaza. Una mínima chispa puede originar un devastador incendio forestal.

Hasta hace poco las colillas eran la contaminación invisible. Nadie reparaba en esas pequeñas puntas de cigarro. Pero ahora hay más concienciación. Antes del verano, en una campaña de la Fundación Oceanogràfic y Paradores que advertía de la proliferación de plásticos en el mar, los escolares de Xàbia ya recogieron en apenas una hora más de 4.000 colillas en la playa del Arenal de Xàbia. Este domingo, en la limpieza litoral de Benissa, los voluntarios retiraron 2.000 puntas de cigarro. Los fumadores no acaban de convencerse del daño ambiental de estos residuos. Una colilla tarda más de diez años en descomponerse. Ya hay playas en las que se ha prohibido fumar.

Que el mirador de la Falzia se haya convertido en un inmenso cenicero es otra prueba de que estos pequeños residuos llegan a enclaves naturales protegidos y de gran valor ecológico.

La vista desde aquí es impresionante. Se divisan l'Illa del Portitxol, el Cap Prim y la playa de la Barraca (sus casitas de pescadores de paredes enjalbegadas y puertas y ventanas pintadas de azul celeste dibujan una bella estampa). Es cierto que las grúas y los grandes chalés emborronan un tanto el paisaje. Si se baja la mirada, todo el encanto se esfuma. El suelo está salpicado de colillas y diminutos plásticos.

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