El deporte y la solidaridad mueven montañas. Fernando (Curro) Arabí las sube y las baja. Le apasiona correr por las sendas. Kilómetros y kilómetros. Y cada zancada tiene un sentido. El sábado, en la Botamargens de 65 kilómetros, inició un reto de correr casi 1.000 kilómetros y lograr 10.000 euros para la investigación de la Glucogenosis de tipo II, la enfermedad de Pompe. De momento, con su desafío Curro ya está consiguiendo dar visibilidad a esta rara dolencia.

Este corredor popular, de 54 años, explicó ayer a Levante-EMV que la idea del reto solidario surgió cuando estaba convaleciente de una fascitis, un mal habitual en los atletas profesionales y aficionados. «Estaba fastidiado. No podía hacer lo que más me gusta, que es correr. Pero una fascitis no te impide seguir con tu vida normal. Entonces pensé que lo que yo tenía no era nada comparado con tantas cosas que hay en el mundo que sí son graves».

Curro indicó que el abuelo de su hija sufre la enfermedad de Pompe, un trastorno genético que provoca una debilidad muscular progresiva. «Decidí que, nada más me recuperara, debía hacer algo para conseguir fondos para la investigación de esta enfermedad», precisó este vecino de Gata. Y ya ha empezado a remover montañas. Busca empresas que quieran destinar un euro por cada kilómetro de competición que él supera.

La aventura no ha hecho nada más que comenzar. Le esperan la Costa Blanca, de 103 kilómetros; la GR-10 Extrem, de 100; la Perimetral de Benissa, de 73; la Penyagolosa, de 108, o la Ehunmilak, de 170. Esas son las pruebas más extremas. Luego sumará también kilómetros en las trail de Xaló, Calp, Llíber, Ondara, Senija, Benialí, Orba y Confrides, que son, en distancia, algo más llevaderas.

Lo suyo son las carreras de montaña de larga distancia, las «ultra», como se conocen en el argot. «El sábado sufrí un poco. Hacía tiempo que no me enfrentaba a una distancia tan larga», admitió Curro, que subrayó que, de siempre, le ha entusiasmado correr senda arriba y senda abajo.

El dinero que logre lo destinará al Centro Investigador en Ciencias, Salud y Medio Ambiente de la Marina Alta (UIMA). «Se destina poco dinero a la investigación de las enfermedades raras y yo quiero aportar todo lo que pueda», destacó el corredor.

Curro Arabí siempre ha sido deportista. Descubrió hace unos 20 años las carreras de montaña. Se enfrenta a la larga distancia con la experiencia de haber ya participado en muchas de estas pruebas de gran resistencia y que se corren tanto con las piernas como con la cabeza. Hay que dosificarse y tener mucha fuerza mental. Curro corre ahora con la fortaleza que da la solidaridad.