Néstor Biondi, que incluso ha llamado al Arzobispado de València para advertirle de los negocios que se hacen con el patrimonio de la fundación religiosa de Xàbia, confía en que el Asilo rectifique y se ponga del lado de una familia que durante 16 años ha vivido en una casa de la que ahora la echan. «No entendemos por qué no quieren que sigamos viviendo allí», indicó, al tiempo que insistía en que «lo inconcebible» es que una entidad creada con fines sociales mire hacia otro lado y permita que se subarriende su patrimonio. «Han consentido una estafa inmobiliaria», remachó.