Se precipitó desde una altura equivalente a la de un piso y salió ilesa. Sólo sufrió algunos rasguños en un brazo. Una chica de 15 años de Xàbia tuvo el domingo una suerte tremenda. Se había colado con unos amigos en un recinto vallado y en el que está prohibido entrar. Es el techo de un antiguo depósito de agua de la partida del Putxol. Esta solera de hormigón la utilizan algunos jóvenes de Xàbia como repisa en la que se sientan a charlar y mirar la bahía (también han hecho alguna que otra vez botellón). De hecho, habían abierto un boquete en el cerramiento. El domingo por la tarde, sobre las 15 horas, fueron esta chica y unos amigos los que se metieron por el agujero de la valla y saltaron sobre la repisa. Pero, por circunstancias que todavía no están claras, la adolescente de 15 años se precipitó por la trampilla del depósito. Y la caída no es de broma. Hay cinco metros de profundidad. El accidente se ha atribuido a que la chica estaba haciendo fotos con su teléfono móvil.

El caso es que acabó atrapada en el interior de este depósito, que está vacío, dado que hace años que no se utiliza. La joven se asustó. Sus compañeros avisaron en un primer momento a la policía local y a los bomberos. Pero, según indicaron las fuentes consultadas, no acertaron a explicar dónde había ocurrido el accidente. Cuando los agentes y los bomberos lograron hablar con ellos de nuevo, los dos amigos de la chica dijeron que ya no necesitaban ayuda. Sin embargo, poco después volvieron a pedir auxilio. Se cercioraron de que era imposible que la chica pudiera salir del agujero sin que la sacaran expertos en rescates.

Acudieron los bomberos del parque comarcal de Dénia, la policía local y la Guardia Civil. Los bomberos colocaron una escalera y entraron en el depósito. Aseguraron a la joven con un arnés y la sacaron. No había sufrido heridas graves ni roturas. Tenía arañazos en un brazo. Todo quedó en un susto.

Los trabajadores de la empresa municipal de agua de Xàbia acudieron ayer a reponer el trozo de vallado por el que se cuelan los jóvenes y también cerraron con planchas de metal la trampilla. A este lugar se accede por una calle asfaltada del Putxol. Los jóvenes suben aquí con los motos. Buscan un lugar apartado. El domingo se cercioraron de que si estaba vallado no era por capricho. Meterse dentro es un peligro.