Cuatro hermanos se sentaron ayer en el banquillo, junto a otros dos hombres más, acusados de formar parte de una banda organizada para cometer al menos ocho asaltos en viviendas, comercios y algún vehículo en municipios de la Marina Alta entre los años 2017 y 2018. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, dos de los hermanos se encargaban de perpetrar los robos, mientras que los otros dos vendían la mercancía sustraída. El escrito de acusación sostiene que el botín obtenido en estos delitos se había convertido «en su medio económico de vida». En los golpes, se llevaban dinero en metálico, dispositivos electrónicos y joyas, entre otros efectos.

La Fiscalía reclama para los dos presuntos autores materiales de los asaltos penas de hasta once años y tres meses de cárcel; mientras que para los otros dos un año y siete meses por receptación. Los cuatro admitieron ayer en la vista oral su participación en estos robos y en la venta del material, por lo que la Fiscalía podría introducir alguna rebaja en su petición de pena. Sin embargo, a uno de los hermanos y a otros dos acusados más se les acusaba de otros delitos que ayer no admitieron, por lo que el juicio continúa para juzgar si estos procesados traficaron con drogas, como hachís y cocaína.

Los robos se cometieron en las localidades de Sanet i Negrals, Benidoleig, Beniarbeig, Rafol de Almunia y Vall de Laguart, municipios de la Marina Alta, así como en la pedanía de El Rebolledo en Alicante. Todos estos golpes se cometieron sin violencia, salvo uno que se perpetró en Sanet i Negrals la madrugada del 8 de febrero de 2018, en el que la propietaria de la vivienda sorprendió a los asaltantes al ser despertada por los ruidos. La mujer comenzó a gritar y manteniendo un forcejeo con ellos, en el que logró arrebatarles un destornillador con el que pretendían intimidarla. La mujer sufrió un traumatismo de muñeca.