La poesía disuelve barreras. Es imaginación libre, sin límites. El Montgó es pura poesía. La solidaridad, la amistad y la ilusión guían la ascensión a la montaña totémica de Dénia y Xàbia.

Pascual Cervantes, un vecino de Dénia con parálisis cerebral que se desplaza en silla de ruedas, escribe poesía. Y ahora también ha subido a la montaña. El Montgó era un gigante. En uno de sus versos (el poemario se titula «Els colors de Pasqual»), el autor lo describió como «nuestro símbolo de hermandad». Y tanto. Su ascensión representa la cima de ese compañerismo.

El pasado sábado este dianense cumplió su sueño. Seis compañeros de la asociación Condenados al Bordillo y del colegio de educación especial Raquel Payà condujeron a Pascual por los caminos (el de la Colònia) y las sendas (la de la Cova de l'Aigua) del Montgó. La equipo Cazarettos de Vallada les cedió la silla de ruedas especial de montaña Joëlette. La excursión comenzó en la ermita del Pare Pere.

La montaña es territorio de solidaridad. Es natural que senderistas y alpinistas se ayuden unos a otros. Los amigos de Pascual lo llevaron Montgó arriba. Él respiraba la montaña y contemplaba allí abajo Dénia y el hormiguear de su vida cotidiana. «Ha sido una experiencia inolvidable, de las más gratificantes que he tenido en mi vida», confesó el montañero.

Los excursionistas recorrieron un buen trecho de esta ladera del Montgó. Llegaron hasta el Racó del Bou. A Pascual le fascinó esa perspectiva nunca vista. «He podido contemplar Dénia desde las alturas».

La ascensión no perseguía ningún propósito reivindicativo. Pero sí ha demostrado que las personas con capacidades diferentes pueden realizar actividades al aire libre y de pleno contacto con la naturaleza. Los sueños están al alcance de la mano si hay recursos (en este caso, bastó una silla de ruedas especial), solidaridad e ilusión.

Además, el Montgó muestra su cara más accesible. No hace falta hacer cumbre. Los retos (siempre late en los retos un algo de vanidad) palidecen ante los sueños.

Esta montaña cuenta con sendas que permiten caminar hacia la accesibilidad y crear rutas inclusivas y que fortalecen el espíritu solidario del senderismo y el alpinismo.

La de Pascual Cervantes no es la primera ascensión solidaria. El pasado año llegó a la cima la montañera ciega Maite Minaya (la primera persona invidente que coronaba el Montgó). Ella, Pascual o el niño Dani Masanet (su ascensión fue en 2012) abren la senda. Muestran el mundo un Montgó sin barreras.