El ilusionante proyecto de reintroducción en el Marjal de Pego y en el cabo de Sant Antoni del águila pescadora ha tropezado con las peligrosas torres eléctricas. Quillo, una de las cuatro águilas, ha muerto electrocutado en Fez (Marruecos). En su migración hacia el sur, cruzó desde Almería a Marruecos. La conselleria de Medio Ambiente y el parque natural del Marjal, que llevan el seguimiento de estas aves, localizaron a Quillo en las proximidades de Taza, al este de Fez. Luego el GPS no se movió. "Empezamos a sospechar lo peor", se indica en la publicación "Crónicas de la pescadora". En la foto de satélite, se observaba una torre eléctrica de elevada peligrosidad. Los ornitólogos marroquíes encontraron el GPS de Quillo debajo de esa torre. La conclusión es que el águila se electrocutó y algún depredador devoró sus restos.

Mientras, Lulú, que fue el águila que al principio más problemas tuvo, ha migrado hacia el desierto del Sáhara, al oeste de Argelia, y luego ha puesto rumbo al oeste para cruzar el río Draa y entrar en Marruecos. La última localización la sitúa en Tissint, al sur de Uarzazate (Marruecos).

Luigi se ha adentrado en Senegal. Se han dejado de recibir las localizaciones ya que está en una zona sin cobertura.

Marina no ha salido tan viajera. Está en la Albufera. Quizás pase en este humedal el invierno o puede que siga los pasos de sus compañeras y emigre a África.