Los teléfonos públicos han pasado a la historia. Un estudio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia concluía que el 88 % de los españoles jamás ha utilizado una cabina de teléfonos. Han desaparecido del paisaje urbano. Las que «sobreviven» son pura arqueología de las comunicaciones. En la Marina Alta, todavía se pueden encontrar algunas cabinas antaño parlanchinas y ahora silenciosas (no funcionan). Y mira que han dado de sí en la literatura y el cine. El claustrofóbico mediometraje de Antonio Mercero en el que el personaje que interpretaba José Luis López Vázquez quedaba atrapado para siempre en una cabina casi ha sido premonitorio de lo prisioneros que ahora todos somos del teléfono móvil.

Una de las últimas cabinas de la comarca está en el paseo marítimo de la Fossa de Calp. La estética de este paseo, que abraza casi un kilómetro de litoral, le va al pelo a ese teléfono pasado de moda y sin uso. Los únicos transeúntes que se acercan a la cabina y descuelgan el auricular son los que buscan una foto congelada en el tiempo. La toman con el teléfono móvil (menudo sarcasmo) y luego la pasan a blanco y negro y viajan en el tiempo. La imagen parece salida de los años ochenta.

En la comarca quedan más cabinas «decorativas» (ninguna da línea). Pasan más desapercibidas que la de la playa de la Fossa. En Xàbia, hay una en el Portal de la Mar. Se ha convertido en un poste en el que se colocan carteles de publicidad.

Las cabinas tienen los días contados. Podrían reconvertirse en soportes para pantallas de información turística. La de la Fossa sería ideal para este uso. Además, el paseo se va a «modernizar». Lo anunció ayer la alcaldesa, Ana Sala, que dijo que los arquitectos municipales ya están trabajando en los primeros esbozos del remozado paseo marítimo. Falta hace. El pavimento está muy deteriorado. La estética es antigua y muy poco atractiva. Los jardineras, palmeras y bancos están en medio del paseo y son obstáculos que entorpecen la movilidad. La alcaldesa dijo que las obras se iniciarán en esta legislatura. La reliquia de la cabina podría salvarse. Tiene su encanto.