De Dénia y de la Marina Alta. La gamba roja, el marisco que se captura en las profundidades marinas, está ahora por las nubes. En la subasta de ayer en Xàbia, el kilo alcanzó los 154 euros. Es un excelente precio, sin duda. Además, las cigalas, un marisco en alza, también llegaron a los 149 euros el kilo. Los pescadores estaban satisfechos. Pero no echaban las campanas al vuelo. Es normal que en la subasta de la víspera de Nochebuena (ocurre lo mismo en la última antes de Nochevieja) la gamba roja toque techo. Los 154 euros del marisco de mayor tamaño (la llamada «gamba grossa») es un muy buen precio. En 2015, en plena crisis, no pasó de los 102 euros. Pero en 2006, en el tiempo de la burbuja, llegó a los 260 euros. Ni tanto ni tan calvo. Lo que se pagó ayer por el kilo está en un equilibrado término medio.

Sin embargo, los pescadores lamentaban ayer en Xàbia que en un día tan señalado las capturas hubieran sido muy escasas. Los patrones de las barcas de arrastre comentaron que, mientras que hace unas semanas llegaban a puerto con 30 y 40 kilos de gamba roja por barca, ayer lo hicieron con unos escasos 15. «Hay muy poca gamba. Y es una pena, ya que en estas fechas es cuando mejor se paga», comentó Moisés Erades, de la cofradía de Xàbia.

Las barcas de arrastre capturaron ayer unos 15 kilos de gamba roja y otro tanto de cigala. Compensaron con este último marisco, que cotiza al alza, la carestía del gran producto del mar de la Marina Alta.

El jueves, otra vez a faenar

Ahora los pesqueros no volverán a faenar hasta el jueves. Los días claves de Navidad han caído este año un poco a contrapié. Ayer, en los mercados de abastos de Dénia y Xàbia, las grandes «catedrales» del marisco y el pescado fresco, no había género. Los marineros no salieron, claro está, el domingo. Será hoy cuando ya vendan las delicias del mar de la Marina Alta. Dará gusto pasearse esta mañana por estos templos del producto de calidad y mirar los precios (por las nubes) del marisco. Pero un día es un día.

En la subasta de ayer en Xàbia, no faltó Papá Noel. Es un clásico. Mientras se puja por las capturas, este vecino contempla impertérrito las bandejas de pescado y marisco. Da un toque de color (rojo, por supuesto) a la subasta estrella del año.