No hay día que no se arme el belén en Benissa. El gobierno local, del PP, ha montado esta Navidad un pesebre con figuras de tamaño natural en el pórtico de la Sala del Consell, en pleno centro histórico. La oposición de Reiniciem Benissa puso el grito en el cielo. La valla de madera que impide que los vecinos se metan en el belén se ha atornillado a la fachada de este monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1982. Reiniciem ha trasladado una denuncia a la conselleria de Cultura. El PP ha contestado que estas críticas son «ideológicas». Desliza que este grupo de la oposición no es amigo de la Navidad. También ha insistido en que los tornillos perforan la argamasa y no los sillares de la Sala del Consell y que luego los agujeros se taparán fácilmente y no quedará ni rastro.

Pero tras ese primer lío ha llegado otro. Los gamberros la han tomado con el pesebre. Han agujereado el corcho y han causado daños en las figuras. Por suerte, la cosa tiene arreglo. Los vándalos también se han colado detrás del belén y han orinado.

El portavoz del gobierno local, Jorge Ivars, calificó ayer la gamberrada de «ataque intolerable de aquellos que no creen en nuestra tradiciones». El gobierno local ha puesto los hechos en conocimiento de la policía local. De momento, no se ha identificado a los autores de la barrabasada.

El pesebre, al que el gobierno de Benissa quiere ir incorporando nuevas figuras, ha costado unos mil euros. Y se teme que los gamberros vuelvan a hacer de las suyas. De ahí que la concejala de Cultura, Rosa Pino, guarde al niño Jesús para evitar que lo roben. Por la mañana, la figura sí permanece en la cuna. Pero a las 15 horas, cuando cierra la biblioteca, que está enfrente, y ya pasa menos gente por la calle, la edil coge al niño y lo deja en un lugar seguro. Las figuras de San José y la virgen María son más grandes y no es tan fácil sustraerlas.

La primera Navidad de este belén de tamaño natural, que irá creciendo, está siendo pelín complicada.