La noticia que publicó hace unos días Levante-EMV sobre unos perros que vagaban por el Montgó atados con un cordel por sus collares ha circulado como la pólvora por los diferentes foros animalistas y, de hecho, un vecino de Teruel está dispuesto a denunciar al propietario de los perros así como a quedárselos en adopción si no tuvieran un hogar. Es Marc Franco.

Franco conversó ayer con Levante-EMV y declaró que desde hace un tiempo está intentando adoptar un perro, pero reconoció que en su zona no había muchas opciones. Al ver la noticia se quedó sorprendido por la «crueldad», reconoció.

Dos perros de la raza dálmata que habían sido atados con un cordel en sus collares y vagaban perdidos por los caminos de Jesús Pobre. Fue por uno de esos caminos, próximos a la carretera N-332, donde los localizó un grupo de ciclistas que se encontraban de excursión semanal.

Los canes andaban exhaustos, el más grande tiraba del más pequeño. Por ello, uno de los deportistas, decidió cortarles el cordel y separarlos. Enseguida, retomaron el camino de vuelta hacia Jesús Pobre, un camino sin rumbo que debería dirigirlos de vuelta a su casa.

Ante esta tierna historia Franco ha decidido actuar y anunció que pretende «denunciar al propietario de los animales» aunque remarcó «si lo hubiera».

Además pidió la colaboración vecinal para dar con ellos. «Atarlos así es maltrato animal» declaró este vecino de Teruel. De hecho, aseguró que tiene contacto con un abogado especialista en maltrato animal.

Según Franco en estos tiempos se «está dejando de lado algunos temas y uno de ellos es el maltrato animal» y recordó la «horrible noticia de un cazador que arrastraba a un perro atado a la parte trasera de su coche».

La labor de las protectoras

Asimismo manifestó que se pondrá en contacto con las protectoras de animales de la zona de Jesús Pobre, Dénia y Xàbia (Apasa, Rama y Apad) para conocer si estos perros han llegado a sus instalaciones y comentó que en ese caso le gustaría poder adoptarlos.

Franco indicó que le gustaría, en el caso de que estas dos mascotas estuvieran en una de esas entidades de ayuda a los animales, adoptarlos y darles una familia. Le gustaría hacerles ver que «estoy interesado en darles un hogar», subrayó.

En esta línea aseguró que localizó un perro que era de su agrado en una perrera de Galicia, pero se lamento que finalmente la adopción no salió adelante por los problemas que planteaba el transporte desde esa región hasta Teruel.

La adopción es una de las formas que fomentan las asociaciones de perros -y también de gatos- para que las familias tengan una mascota, frente a la adquisición en una tienda.

En Xàbia y la Marina Alta tienen su centro de operaciones Apad, Apasa y Rama, unas entidades que sin ánimo lucro llevan décadas encargándose de la recogida y cuidado de los perros abandonados y ahora se enfrentan a los problemas que plantea la Ley de Contratos y les obliga a participar en concurso públicos.