La alcaldesa de Calp, Ana Sala, del PP, reconoció que ella también se había caído dos veces. La munícipe había presentado junto a la edil Pilar Cabrera y los técnicos municipales los proyectos de la estrategia Edusi (Europa pone tres millones y el ayuntamiento otros tantos), que harán de Calp una ciudad inteligente, sostenible y accesible, y comenzaron las preguntas. Y los vecinos, tras escuchar que en las calles Murillo y Alcalde Vicente Pastor, empinadas y repleta esta última de peldaños, se colocarán rampas y escaleras mecánicas, preguntaron por los pasos de peatones. Los de las calles con más pendiente no son seguros. Los días de lluvia o de humedad los vecinos deben ir con mucho tiento. Es poner un pie en la pintura blanca y resbalar. Las caídas son frecuentes. Y la propia alcaldesa reveló que ella ha dado dos veces con sus huesos en el suelo.

«Es un problema de hace años. Patinamos y nos caemos. El ayuntamiento debe poner una pintura antideslizante y debería hacerlo ya mismo», advirtió una de las asistentes a esa reunión de presentación de los primeros proyectos Edusi.

El debate era más que pertinente. Se hablaba de accesibilidad. La alcaldesa aseguró que precisamente se había pensado en las personas mayores y en las que tienen movilidad reducida a la hora de apostar por las escaleras y las rampas mecánicas.

Ana Sala aseveró que el gobierno local (PP y Ciudadanos) sí se ha tomado en serio los continuos resbalones en los pasos de patones. «Hemos estado probando varias pinturas. Sí, en Calp, tenemos esa difícil orografía. Las calles tienen mucha pendiente», convino.

La alcaldesa anunció que ya han dado con la solución para hacer seguros los pasos de cebra. «Vamos a poner en lugar de la pintura blanca un material asfáltico rugoso. Nos vamos a quedar clavados», dijo.

La ciudad inteligente pone los pies en el suelo. Los vecinos, por lo que se percibió en esta reunión informativa, son pelín reticentes a las escaleras mecánicas. Y eso que el gobierno local abandonó la primera idea de instalar una rampa mecánica de abajo a arriba de la avenida Gabriel Miró, la gran artería comercial que arranca en la plaza Colón, junto a la playa, y sube hasta el cogollo del pueblo.