El mar entró con furia. Pero tras esa primera inundación marina, llegó la de piedras y arena. Los negocios de primera línea han quedado en Xàbia hechos trizas. En el Montgó di bongo, en el Primer Muntanyar, las piedras han sepultado por completo la cocina (en la imagen). Mientras, el local contiguo de la Siesta ha quedado arrasado. "Es como si hubiera caído una bomba", han comentado esta mañana los trabajadores que han empezado a retirar los escombros.

Mientras, en la playa del Arenal, la inundación fue de agua, claro está, y también de arena. En el Aqua, en el extremo sur del paseo, una de las zonas más devastadas, se acumularon 20 centímetros de arena. Los empleados se afanaban ayer en retirarla y devolverla con carretillas al mar.

Algunos locales se han salvado del desastre. El Carnaval, también en el paseo del Arenal, fue en extremo previsor. Sus trabajadores blindaron la fachada acristalada con sacos terreros y tableros de madera. No ha sufrido daños. Ya estaba abierto ayer.

Los turistas no han dejado de ir a este paseo. Al contrario, acuden llamados por el desastre. Quieren ver con sus propios ojos la catástrofe.

Todo este paseo marítimo ha quedado gravemente dañado. Su extremo sur se ha precintado dado que el muro que eleva el paseo sobre la playa está socavado y resquebrajado.

El ayuntamiento va a toda velocidad con las labores de limpieza y de apertura de viales que habían quedado sepultados por las piedras escupidas por el mar. El destrozo es enorme. Pero los servicios municipales y las empresas de palas-excavadoras ya se han puesto manos a la obra para intentar recuperar un poco de normalidad.