«No me marcho por la puerta de atrás ni con sensación de amargura. Al contrario. Hubiera pagado por esta magnífica experiencia».

Pedreguer es un pueblo de honda cultura democrática. A las dimisiones se les quita hierro. Andrés Ferrer, el único alcalde del PP que ha tenido este municipio (lo fue entre 2007 y 2011), deja la corporación tras 17 años de edil. Dilatadísima trayectoria. Asistió el jueves al pleno en el que se dio cuenta de su renuncia (los dimisionarios acostumbran a hacer mutis por el foro; que no aparecen, vamos). Pero Ferrer tomó la palabra para agradecer a su grupo municipal, al personal del ayuntamiento y al resto de concejales el haber compartido «unos años en los que hemos trabajado todos por nuestro pueblo y nuestra gente». «Hemos conseguido mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de Pedreguer», subrayó.

Otro síntoma de que este pueblo is different: En los últimos Premis d'Honor Vila de Pedreguer, fue Andrés Ferrer quien entregó el galardón a la asociación de familiares de las víctimas del franquismo de las fosas comunes de Paterna. A los ajenos a la política local les sorprendió la naturalidad con la que el portavoz del PP ensalzaba la memoria histórica.

El ya exconcejal indicó ayer a Levante-EMV que los 17 años de concejal han significado «una experiencia impagable». «No tenía sentido seguir de concejal eternamente. La renuncia la había consensuado con mi grupo. Tarde o temprano hay que dejar paso a gente nueva».

Ferrer aseguró que el balance de estos años «es muy positivo». Destacó que, como alcalde, llevó a cabo el cambio de ubicación del pabellón cubierto o la remodelación del Espai Cultural. «Sí, una espina clavada es la del nuevo centro de salud. Creo que si hubiéramos seguido gobernando lo podíamos haber sacado adelante. Teníamos el proyecto preparado».