Las torres eléctricas se han convertido en el gran enemigo de las águilas pescadoras. Una segunda águila de las cuatro que se reintrodujeron en el Marjal de Pego el pasado mes de junio ha fallecido electrocutada. Es "Marina", que voló hasta la Albufera de València y pasaba el invierno en este humedal. Se ha posado en una torre eléctrica y ha fallecido.

Hace unos meses murió la primera águila, "Quillo". Se electrocutó en Fez (Marruecos). En su migración hacia el sur, cruzó desde Almería a Marruecos. La conselleria de Medio Ambiente y el parque natural del Marjal, que llevan el seguimiento de estas aves, localizaron a Quillo en las proximidades de Taza, al este de Fez. Luego el GPS no se movió. "Empezamos a sospechar lo peor", se indica en la publicación "Crónicas de la pescadora". En la foto de satélite, se observaba una torre eléctrica de elevada peligrosidad. Los ornitólogos marroquíes encontraron el GPS de "Quillo" debajo de esa torre. La conclusión es que el águila se electrocutó y algún depredador devoró sus restos.

Todas las esperanzas están ahora depositadas en las dos supervivientes, "Lulú" y "Luigi". La primera migró hacia el desierto del Sáhara, al oeste de Argelia, y luego voló al oeste para cruzar el río Draa y entrar en Marruecos. Llegó a Tissint, al sur de Uarzazate (Marruecos).

Luigi se adentró en Senegal. Se han dejaron de recibir las localizaciones ya que en esa zona no hay cobertura.