El pasado está repleto de enigmas. Ondara los desentraña en unas jornadas de patrimonio e historia que ahora llegan a su tercera edición. Las dos anteriores, dedicadas a la prehistoria y al mundo feudal, concitaron un gran interés entre los vecinos. Ahora llega el momento de dar a conocer el pasado romano de Ondara. La concejala de Patrimonio, Raquel López, y los arqueólogos Josep Ahuir y Jordan Labios presentaron ayer estas nuevas jornadas, que se celebrarán el fin del semana del 29 de febrero y 1 de marzo.
La presentación tuvo lugar en el claustro del ayuntamiento. Allí se guardan tres grandes bloques de piedra con decoración anepigráfica, honorífica y con una deidad menor y una hoja de olivo. Estos «hitos» ya revelan el destacado pasado romano de Ondara. Los yacimientos lo confirman. En la partida Vinyals apareció una necrópolis con tumbas datadas entre los siglos I y III. La construcción de la AP-7 «echó tierra» (expresión amable) sobre estos vestigios arqueológicos.
Pero en 1999 se llevó a cabo una nueva excavación y salió a la luz un enterramiento absolutamente singular. Dentro de un silo, apareció un esqueleto con una piedra de molino encima. Rotunda losa funeraria.
En Ondara, se producía aceite, vino y ánforas y cerámica (debió funcionar una figlina). Esa producción se embarcaba en el puerto de Dianium y se llevaba a otros territorios del Imperio Romano.
