El extremo sur de la playa del Raset, arrasado. La limpieza a conciencia (pero sin conciencia ambiental según Compromís y varios colectivos vecinales y ecologistas) del arranque de la escollera norte del puerto de Dénia ha generado muchas dudas. El portavoz municipal de Compromís, Rafa Carrió, la calificó ayer de «atentado ecológico». Exigió que se restaure la duna destruida en esa limpieza y advirtió de que la actuación que realizó en diciembre Puertos (es el organismo competente en la zona) ha puesto en peligro a una especie protegida y que anida allí, el corriolet (chorlitejo patinegro). Pidió también que se convoque el «espacio puerto-ciudad», que es un foro que se creó para dar participación a la sociedad civil en la gestión de la dársena dianense.

La edil también valencianista Eva Ronda insistió en que debe recuperarse «de forma inmediata» la duna.

Puertos realizó la limpieza a petición del ayuntamiento. Esa zona, antes de frondosos tamarix o tarajes, se convierte en verano en un punto de botellón. Pero la intervención no se hizo a mano, como correspondería al tratarse de un hábitat sensible, sino que entraron máquinas retroexcavadoras y camiones. Ese extremo del Raset quedó raso. Los vecinos iniciaron una campaña de firmas para exigir que se restaurase el cordón dunar. Los tamarix son ahora arbustos esqueléticos.