Ha bastado una mañana. El ministerio de Transportes y Movilidad (antes Fomento) ha desmantelado en pocas horas el antiguo peaje de la AP-7 en Benissa. La infraestructura de regulación y cobro (desde el 1 de enero ya no se paga) ha quedado reducida a un amasijo de hierros. El ministerio contrató por vía de urgencia la retirada de todos los peajes de esta autopista, liberalizada desde el inicio de año, y el mantenimiento de la carretera. El coste total es de 30 millones de euros.

Este fin de semana los vehículos ya entrarán y saldrán en Benissa sin esa "barrera" del peaje. Será todo más fluido. Y el lunes le toca a Ondara. Ese día "desaparecerá" la otra estación de peaje de la AP-7 en la Marina Alta.

La liberalización del peaje ha sido todo un éxito como lo demuestra el hecho de que el tráfico medio diario ha pasado de los 12.783 vehículos circulando entre Alicante y València en 2019 a los 28.055 al día del primer mes y medio de 2020. Mientras, en la N-332 la intensidad de tráfico en el mismo tramo ha pasado de los 28.536 vehículos diarios a los 22.747. Transportes estima que la reducción del tráfico pesado ha sido del 34%.

Según el Gobierno, desde el levantamiento de las barreras, circular entre Alicante y Tarragona (374 kilómetros) es un 93% más barato, unos 300 millones de euros de ahorro. Además, el tráfico de vehículos pesados en las carreteras alternativas a la AP-7 ha descendido un 30%, incrementándose en la autopista.