«Voy a seguir luchando hasta que se deje de recetar Nolotil a los residentes y turistas de países en los que este fármaco está prohibido». Cristina García del Campo, la traductora de Xàbia especializada en traducción jurídica y médica, ha recopilado ya más de 300 casos de reacciones adversas al metamizol (comercializado como Nolotil, Algi-Mabo o Metalgial). «Y entre esos 300 casos hay 30 personas que fallecieron», advirtió ayer esta Erin Brockovich de la Marina Alta. «Todos los casos los comunico a través de burofax a las sedes de la empresa que comercializa los fármacos. Así no prescriben», afirmó.

Hace dos años detectó que los pacientes de la Marina Alta de origen británicos y del norte de Europa a los que se administraba y recetaba este medicamento eran propensos a sufrir agranulocitosis, enfermedad que puede ser incluso letal.

Logró que en noviembre de 2018 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que depende del Ministerio de Sanidad, emitiera la recomendación de extremar la precaución en el uso del metamizol. Desaconsejaba que se utilizara en tratamientos a pacientes a los que no se pudiera realizar controles, como los turistas.

«Pero esa recomendación no se está cumpliendo. Recibo todos los días cientos de correos. Hay pacientes a los que se les está administrando pese a que han pedido expresamente que en su historial médico figure que son alérgicos a ese fármaco», denunció la traductora, que insistió en que su objetivo ahora es que se prohiba en España el metamizol a personas que provienen de países donde está vetado (el Reino Unido, por ejemplo).

Cristina García avanzó que ha creado un equipo de expertos en farmacología y epidemiología para establecer la relación científica entre el consumo de estos medicamentos y las reacciones adversas. «Hay médicos que me dicen que yo no he descubierto nada, que ya se sabía que el metamizol tenía estos riesgos. No soy experta, es verdad. Pero ya hay expertos que lo están estudiando», indicó.

Esta traductora, que por su trabajo ha acompañado a miles de pacientes extranjeros al médico en la Marina Alta, advirtió de que una niña de 8 años británica falleció el pasado año en Granada al sufrir sepsis (una infección generalizada) después de que le administraran este medicamento. Sus padres y luego el consulado británico contactaron con ella. «Escribí al embajador británico en Madrid, Hugh Elliott, y me citó para una reunión esta misma semana, pero por la crisis del coronavirus se ha suspendido. Me volverán a llamar para concertar la reunión».

García también pide que en los historiales médicos se precise todos los fármacos que se dan a un paciente. «No puede ocurrir que se oculte que se les administra metamizol», sostuvo.

La traductora no para de reunirse con residentes de la Marina Alta. Esta semana ha mantenido un encuentro con los del Montgó. Les insiste en que se informen muy bien de los medicamentos que les administran y recetan los facultativos.

Que se ha convertido en la Erin Brockovich de la Marina Alta queda demostrado por las llamadas y correos que recibe. Deborah, una madre de Sant Joan de Moró (Castelló), contactó con ella para trasladarle el caso de su hijo de 5 años, que sufrió una gravísima hemorragia intestinal con complicaciones renales tras un tratamiento con Apirofeno y Metalgial. La madre explicó a Levante-EMV que llevó al pequeño al centro de salud dado que tenía fiebre. «Luego, ya en casa, empezó a vomitar y se desmayó. Lo llevé al hospital General de Castelló. Ha estado muy grave. En el diagnóstico no se dice nada de los medicamentos. Pero no es normal que un niño sano se ponga tan grave», advirtió Deborah.