"Las personas libres jamás podrán concebir lo que los libros significan para quienes vivimos encerrados". La frase la escribió Ana Frank en "La casa de atrás", primer título de una obra que ha pasado a la posteridad como "El diario de Ana Frank". El diario fue una ventana a la libertad. Lo escribió durante los 761 que permaneció escondida con su familia en un cuchitril de Ámsterdam. Huían del terror nazi. Esta niña alemana de ascendencia judía murió de tifus a los 15 años en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Dos meses después los aliados liberaron el campo de concentración. Su obra es uno de los testimonios más conmovedores de la literatura.

"Hay que salvar todas las distancias, pero la experiencia de Ana Frank es tremendamente inspiradora en un momento como el actual", afirma Empar Ferrer, profesora de Lengua y Literatura castellana del instituto Antoni Llidó de Xàbia. Esta docente, que es periodista y escritora, ha creado una unidad didáctica que enlaza la experiencia actual que "ha puesto patas arriba nuestro día a día" y "El diario de Ana Frank". "Como profesora creo que puede ser una actividad interesante, positiva y educativa que los alumnos empiecen a redactar un diario en el que plasmen las experiencias de estos días de confinamiento".

"Nadie se hubiera imaginado nunca que una epidemia que veíamos tan lejana trastocara tanto nuestras rutinas. Los estudiantes pueden canalizar su hastío e incertidumbre en un diario. Sé que estos días nos subimos todos por las paredes. Por eso es positivo que nos sentemos y reflexionemos. Surgirán testimonios muy personales que guardaremos para siempre y que quizás algún día podamos compartir con generaciones futuras", explica la profesora.

La unidad didáctica trasciende la materia de la literatura. La directora de este instituto, Amparo Cortell, ha propuesto que se aborde de forma multidisciplinar. Los alumnos aprenderán a través de Ana Frank historia, inglés, geografía e incluso matemáticas. Una de las actividades será que calculen el espacio que habitan con sus familias en estos días de confinamiento.

"El objetivo también es que los alumnos descubran que en las circunstancias más terribles surge la literatura, que los libros y la escritura son una ventana de libertad. Esta actividad les invita a imaginar y romper así la claustrofobia", reflexiona Empar Ferrer.

Los profesores, como el personal sanitario, están dando en esta emergencia sanitaria del coronavirus lo mejor de sí. Son una luz en un momento de amenazas invisibles e incertidumbre.