La Cova Tallada, un paraje costero de Xàbia (está en el linde con Dénia) de gran valor natural, paisajístico y también arqueológico, volverá a blindarse el próximo verano contra la masificación urbanística. La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, ya ha firmado la orden que limita las visitas a una gruta que antes de que se restringiera el acceso y se estableciera el sistema de reserva previa sufría una fuerte presión turística.

La regulación se aplicará entre el 15 de junio y el 30 de septiembre. Es el mismo sistema del pasado verano. Por tierra podrán llegar cada día un máximo de 370 excursionistas. Y simultáneamente podrán entrar en la cueva (y en la ruta que lleva hasta ella, que parte de les Rotes de Dénia) 71 senderistas.

Mientras, por mar, es decir, en kayak (esta prohibido arrimarse a la Cova Tallada en moto acuática y en cualquier embarcación a motor), el tope diario es de 112 turistas. El pico de «remeros» que pueden estar al mismo tiempo en el paraje es de 21.

Para los senderistas es de nuevo imprescindible la reserva previa. Se realiza por vía telemática en un enlace de la web del parque natural del Montgó. Por su parte, las excursiones en kayak serán organizadas. Las empresas de turismo activo firmarán un acuerdo con el parque natural del Montgó al menos 20 días antes de que entre en vigor la regulación.

Restringir las visitas frenó en seco la espiral de masificación que sufría la Cova Tallada. 24.621 personas reservaron en la web la visita. Cada una podía apuntar a cuatro acompañantes. El tope de reservas se registró en agosto con 10.839.

Pero hubo excursionistas que se colaron. Se detectó que un 16,7 % de los turistas que llegaban a la caseta de información no tenían reserva y, sin embargo, cogían el camino de la cueva. Se expusieron a una multa.