Solidaridad y tecnología van de la mano. Salvador Hurtado, un vecino de Calp que tiene un negocio de robótica, empezó a coordinar en la Marina Alta y Baixa al grupo de los "CovidaMakers". Era evidente que sanitarios y quienes luchan contra el coronavirus no contaban con suficiente protección. De ahí que los "CovidaMakers" se volcaran en sus casas a fabricar pantallas de protección con impresoras 3D. Empresas y vecinos de Calp y Benissa les entregaron los materiales para crear las viseras, que donan a hospitales, residencias o retenes de la policía.

La iniciativa ha cobrado rápidamente un formidable impulso. Se han creado grupos en Alicante, Monòver y El Pinós. Los "CovidaMakers" han fabricado unas 2.000 viseras. Las han enviado incluso a Madrid.

"Sí, queremos que lleguen allí donde hacen falta. La protección es imprescindible. Salva empezó a organizarnos a todos. Al principio, la iniciativa crecía de pueblo en pueblo, pero ahora se está ampliando", ha explicado Vicente Sanz, de "CovidaMakers". El grupo ya cuenta con unas 40 impresoras 3D. Los voluntarios organizan con empresas de transporte la entrega del material y luego la recogida de las pantallas. Estos voluntarios quieren llegar a las 56.500 viseras de protección. Las repartirán también en gasolineras, a trabajadores de limpieza, en las panaderías... "Hay gente que está trabajando y la necesita. Queremos que lleguen a cualquier punto de España donde sean necesarias", ha precisado Sanz.

Pero, claro, la necesidad de materiales se ha disparado. De ahí que estos voluntarios hayan iniciado un micromecenazgo (crowdfunding) para lograr fondos y comprar lo que necesitan para fabricar las pantallas y proteger a quienes luchan en primera línea contra la pandemia. Los "CovidaMakers" están demostrando que la tecnología de las impresoras 3D es una gran aliada para frenar los contagios.