Pese al estado de alarma y la obligación de estar confinados, se producen desplazamientos en coche de no pocos kilómetres. Entre las 45 denuncias que pusieron ayer en Dénia la Policía Local y la Nacional, hay varias de conductores que recorrieron un buen trecho. Uno de ellos dijo que venía de València y que era electricista por cuenta ajena. Aseguró que tenía que realizar un trabajo en Dénia. Pero no llevaba ningún documento justificativo de la actividad ni de la urgencia del servicio.

Los agentes de la Policía Local lo pararon en la entrada a la ciudad. Allí también denunciaron a dos conductores que venían de Ondara: Uno dijo que acudía a Dénia a hacer la compra y el otro que quería visitar a una amiga. También la compra fue la excusa que esgrimió un conductor de Pedreguer, otro de Alcalalí y un tercero de Orba. Este último fue más preciso: acudía a por leche. Mientras, una persona que aseguró que venía de Els Poblets alegó que quería comprabar el estado de tres inmuebles de su propiedad en Dénia.

Otro conductor denunciado procedía de Oliva y sostuvo que quería visitar a su hermana.

Mientras, un viandante aseguró que venía de comprar en el supermercado, pero ya hacía dos horas que el establecimiento estaba cerrado. Tuvo que admitir que había estado visitando a un amigo.

Los agentes también multaron a un ciclista, que alegó que había salido a comprar una botella de agua. Estaba lejos lejos de su casas. Otro denunciado dijo salir de la casa de su novia; estaba cogiendo un taxi en una urbanización.

Un vecino intentó dar esquinazo a los policías. Se escondió. Pero los agentes lo hallaron y confesó que había estado tomando unas cervezas con los amigos.

Otra denuncia fue para el conductor de un patinete eléctrico. Dijo que iba a comprar a un supermercado. Antes los agentes ya lo habían visto en otra zona del casco urbano. Se hallaba a tres kilómetros de su casa.

La policía también sancionó a tres personas que se habían juntado en una urbanización a tomar cervezas y a los dos ocupantes de un vehículo que iban en los asientos delanteros y no justificaron el desplazamiento. Otros dos ocupantes de una furgoneta dijeron que estaban realizando labores de reparto para el hermano del conductor. No llevaban ninguna documentación del negocio ni certificado de la empresa.