Agentes de la Guardia Civil de Calp encontraron el pasado 7 de abril a un mono de la especie Tamarino Labiado deambulando por una calle de la urbanización Maryvilla de Calp. Un vecino lo vio y avisó a los agentes. El animal, endémico de Brasil, Bolivia y Perú, habría sido abandonado en los últimos días. Los investigadores creen que el dueño temía sufrir algún tipo de contagio o de transmisión de enfermedad.

Esta especie está protegida por el convenio Cites. Su tenencia por particulares está prohibida. El animal, que se encuentra en perfecto estado de salud, al no tener chip ni ninguna otra forma de identificación, ha quedado al cuidado de los expertos del centro de recuperación de primates Primadomus de Villena, a disposición de la Agencia de Aduanas y del Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones (S.O.I.V.R.E.).

La Guardia Civil está investigando en la provincia de Alicante varios casos de maltrato animal. En una primera actuación, los agentes han investigado a una vecina de Altea por dejar abandonado a un perro en el interior de un domicilio. La intervención tuvo lugar el pasado 29 de marzo. Unos vecinos avisaron de que salía un fuerte olor putrefacto de una vivienda. Los agentes accidieron a través del piso colindante y vieron desde la cristalera a un perro de tamaño medio tumbado en el salón. La puerta estaba cerrada y la corredera del balcón también. El animal había muerto y estaba rodeado de heces, orines y basura. Los agentes del Seprona de la Guardia Civil de Altea han imputado a la dueña del perro un presunto delito de maltrato animal.

Además, el pasado 1 de abril, los agentes recibieron un aviso de la Policía Local de Relleu comunicándoles que tenían en sus instalaciones a tres perros extraviados, sin chip identificativo, con el fin de hacer las gestiones necesarias para localizar al propietario y entregárselos. Tras localizar al propietario, los agentes se desplazaron hasta la parcela donde se iba a hacer la entrega de los animales. Al llegar al lugar, los guardias civiles observaron que en la propiedad había más perreras, con unos seis canes en total. Los agentes decidieron inspeccionar los animales, comprobando in situ que varios de ellos carecían de pasaporte y del chip reglamentario. También se percataron de que en la parcela había varias jaulas de madera, encontrando en alguna de ellas animales muertos en estado de descomposición. También había animales muertos en un pequeño corral y en una caseta de madera junto a la vivienda principal de la finca. La Guardia Civil investiga a la pareja propietaria de la finca, un hombre de 46 años y una mujer de 43, por un delito de maltrato animal.