Si hay una certeza en este tiempo de incertidumbres es que los ciclos de la naturaleza siguen adelante. Avanzan sin las zancadillas que les pone el mal llamado "progreso". No es progresar ir a contramano del planeta. La primavera, época de fertilidad en las calendas de las labores agrícolas, continúa su curso. El confinamiento hurta los maravillosos paisajes que brotan aquí y allá. Como mucho, se atisban desde el balcón y la ventana. Ahora la primavera estalla en las viñas, repletas de verdes pámpanos. En unas semanas, se iniciará la "esporgada (poda) en verd". Hay que aligerar a las cepas de tanto abrigo de verdor. La imagen está tomada en Jesús Pobre. El viñedo se recorta sobre el Montgó. Los vecinos pronto recuperarán estos fabulosos paisajes. Mientras tanto, paciencia. La naturaleza no falla.