Un chico de 14 años y vecino de Carcaixent ha sufrido este mediodía una caída en la complicada senda que baja a la cala dels Testos del Poble Nou de Benitatxell y se ha fracturado un brazo. El menor había acudido con su familia (son de nacionalidad rusa, pero residen en el citado municipio valenciano) a pasar el día en este litoral de acantilados y calas. La del Moraig está cerrada dado que Costas está todavía reparando los daños del temporal Gloria. Al igual que esta familia, decenas de turistas de València han llegado hoy a esta costa. Al no poder ir al Moraig, se han desperdigado por las calas dels Testos y Llebeig, hoy atestadas, y por los miradores.

El rescate del chico se ha activado a toda velocidad. Primero han bajado a Testos los agentes de la Policía Local, que han prestado la primera atención al joven accidentado, que se quejaba amargamente dado que sufría fuertes dolores. Salvamento Marítimo a movilizado a SVS, que ha desplazado a sus equipos de rescate desde la playa de la Fustera de Benissa. En el rescate, han participado también Protección Civil del Poble Nou de Benitatxell y la Guardia Civil. El grupo de rescate del consorcio provincial de bomberos ha acudido en el helicóptero Alfa 1. Ha evacuado en la aeronave al menor.

Que el Moraig, la cala de más fácil acceso y más amplia permanezca a estas alturas todavía cerrado genera un gran problema. El ayuntamiento no ha puesto en marcha aún un servicio de socorrismo que, a la vista de lo ocurrido hoy, es totalmente ya imprescindible. Hay numerosas embarcaciones fondeadas en la bahía del Moraig y los tripulantes están llegando a nado a la orilla. Además, els Testos está repleto de bañistas. El acceso a esta cala es peligroso. Se hace por una senda que desciende por un barranco. Hay saltos de cuatro y cinco metros que se superan descolgándose con una cuerda. No obstante, hoy han bajado familias y grupos de amigos incluso cargados con neveras y sombrillas.

Da la sensación de que València entera ha viajado a la Marina Alta este fin de semana, el primero que se han abierto las fronteras entre las provincias. Los turistas, tras el confinamiento y las restricciones de movilidad por el coronavirus, tenían tantas ansias de reconquistar las playas y paisajes de la Marina Alta que han llegado en tropel.