La experiencia debe ser, sin duda, maravillosa. Abrir los ojos y estar en una de las calas más bellas de Xàbia, la del Francés, que se llama así porque a principios del siglo XX sedujo a la familia de artistas, arquitectos y eruditos suizos y franceses de los Lambert.

Esta mañana los jóvenes que han hecho noche en dos tiendas de campaña se desperezaban mirando al mar y respirando la fresca brisa del Mediterráneo. Es un lujo. Pero un lujo prohibido. Y que se paga caro. La ordenanza de convivencia ciudadana de Xàbia cataloga como infracción leve la acampada en las playas. Se sanciona con hasta 750 euros.

André-Louis y André Lambert, padre e hijo, arquitectos, artistas y destacados intelectuales europeos, construyeron ladera arriba de esta costa una preciosa villa que sus descendientes aún disfrutan. En la senda que baja a la cala, crearon bancos de piedra y mosaicos de aire clásico. La cala ya se llamó para siempre "del Francés".