La flota de embarcaciones de recreo suelta amarras cada fin de semana y pone proa a la Sardinera y la Cala Blanca de Xàbia, el punto del litoral de más presión náutica. La pandemia no le ha pasado factura a este sector. Al contrario, parece que los navegantes tienen todavía más ansia de echarse al mar. Las boyas de fondeo se quedan cortas para tanto barco.