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Calles peatonales para rescatar los pasos de Al-Azraq

La Vall d'Alcalà libera de coches el pueblo y lo recupera para los vecinos. «Queremos que la gente pueda sacar las mesas a la calle y 'sopar a la fresca'»

Calles peatonales para rescatar los pasos de Al-Azraq

Todas las calles esconden grandes y pequeñas historias. En las de la Vall d'Alcalà, en sus núcleos de Alcalà de la Jovada y Beniaia, casi se escucha la batahola de las huestes de Al-Azraq, el caudillo andalusí que nació aquí en 1208 y lideró las revueltas de los mudéjares contra Jaume I. Esa es una historia con mayúsculas. Pero luego están las historias cotidianas que cuentan los vecinos al sacar las mesas a la calle para sopar a la fresca. La Vall d'Alcalà dignifica ahora esas calles, las libera de coches y las recupera para los vecinos. Peatonaliza esos lugares en los que todavía resuenan los desafiantes pasos de Al-Azraq.

El Carrer de la Torre de Alcalà de la Jovada, donde en el siglo XIII estaban las caballerizas de las tropas de Al-Arzaq, se ha renovado ahora. La Diputación de Alicante ha invertido unos 150.000 euros en mejorar la accesibilidad a las casas (se han eliminado los escalones de las aceras) y en cambiar el pavimento. El nuevo, de losas prefabricadas de Silla, tiene la singularidad de que cuenta con componentes certificados capaces de absorber el CO2 de la atmósfera.

El Carrer de la Torre arranca en la plaza, junto a la iglesia de la Puríssima Concepción, que fue palacio y residencia del guerrero andalusí. Termina en las afueras del pueblo, al pie del antiguo depósito de agua. Allí comienza la montaña y, a pocos metros, están el acueducto de época islámica y el lugar donde Al-Arzaq y el infante Alfons d'Aragó, primogénito de Jaume I, firmaron el tratado del Pouet, un pacto de vasallaje que no fue respetado.

«El objetivo ha sido dignificar el espacio público a partir de materiales de calidad», ha explicado el arquitecto redactor de este proyecto de reurbanización, Josep Ferran Torres. Además de losas descontaminantes, que dibujan una espina de pez, se ha utilizado piedra natural de Ulldecona y de Borriol.

«Hemos dado un paso más en el proyecto de recuperar el pueblo y sus calles para las personas, para la vida y para que se pueda volver a sopar a la fresca y en la puerta de las casas», ha destacado el alcalde de la Vall d'Alcalà, Pablo Martínez.

La vida en los pueblos y la resistencia que encarnaba Al-Azraq cobran ahora, en los tiempos del coronavirus, fuerza. En este municipio viven todo el año un centenar de vecinos. En verano, la población se multiplica por cuatro.

El Carrer de la Torre se une a los ya reurbanizados de Sant Josep y Major. «Comenzamos cambiando las aceras de la plaza, haciéndolas más anchas. Después renovamos toda la plaza, que hoy está cerrada a los coches», indicó el munícipe. En la plaza, adornada con maceteros de fragante romero y lavanda, se escucha el rumor del agua que brota de la fuente con la efigie de Al-Azraq.

El alcalde apuesta por liberar poco a poco todo el pueblo de coches. Se aparcarían en estacionamientos habilitados en el perímetro de este casco urbano. Las calles se consagrarían a pasear y vivir.

«El futuro va en esa dirección. Es un cambio que requiere de tiempo y mucha pedagogía, pero estoy convencido de que llegará. Supone ganar en salud, en calidad de vida, en estética y, al final, la gente sabe apreciar estas cosas», subrayó Pablo Martínez.

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