Un verano de guardar distancias y de guardar cola en las calas. Esta mañana Xàbia ya ha cerrado las calas del Portitxol o Barraca y de la Granadella. El aforo máximo se ha llenado en nada. Los bañistas hacían cola en la Barraca para bajar caminando. Hasta que no subiera gente y se liberara un poco de espacio no podían entrar. Esperaban cargados con las sombrillas, las hamacas, neveras y flotadores. Van entrando a cuentagotas.

En los anteriores fines de semana el sistema de control de acceso (se baja la barrera para que no accedan más coches y luego, cuando el aforo está a topo, ya no se deja entrar a más bañistas) lo controlaron la Policía Local y Protección Civil. Hoy ya están los controladores contratados "ex profeso".

Los nueve controladores se han distribuido en el acceso a la Granadella (dos), en el Portitxol (otros dos), en el Arenal (tres), en la Grava (uno) y en Ambolo (uno más). El servicio comenzará a las 9 horas. Cuando el aforo esté completo, los controladores bajarán las barreras y ya no entrará ni un coche más. El Arenal tiene un aforo de 2.000 bañistas; la Grava, de 225; la Granadella, de 200, y el Portitxol o Barraca, de 150.