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Hallazgo

Descubren en Dénia el pecio de un navío de guerra que se hundió en 1580

El buceador Jean Castera halló en 2013 balas de cañón y elementos de artillería, pero ha sido ahora cuando se ha confirmado que esos vestigios son de un barco de la contienda de sucesión portuguesa

Descubren en Dénia el pecio de un navío de guerra que se hundió en 1580

El fragor de la histórica y lejana batalla naval de Terceira (se libró el 26 de julio de 1582 y fue la primera en mar abierto y también la primera en la que participaron galeones de guerra) llega a Dénia.

El submarinista Jean Castera, colaborador del Museu Arqueològic de Dénia, descubrió en 2013 un pecio durante una inmersión en las inmediaciones del puerto. El litoral dianense es un gran yacimiento arqueológico en el que reposan unos cien barcos. Castera hizo fotografías de balas de cañón y de un cargador de un falconete (un pequeño cañón de bronce).

Ahora, siete años después, se ha conseguido desvelar el misterio de este navío. Se hundió en 1580. Había zarpado de Génova y llevaba a bordo tropas de infantería y mucha carga de artillería. Era una nave de guerra de alta borda (más grande que una galera y más pequeña que un galeón).

Se llamaba Sant Joan Heremita (sí, con hache). Y se dirigía a Cádiz. Hubiera participado en la batalla de la isla Terceira, en las Azores. Allí estuvo Lope de Vega. La escuadra española, comandada por don Álvaro de Bazán, derrotó a la francesa, a las órdenes del almirante Felipe de Pedro Strozzi.

Fue uno de los combates de la guerra de sucesión portuguesa (1580-1583). Felipe II y António de Portugal, prior de Crato, se disputaron el trono portugués. Ganó el primero, que incorporó Portugal y sus colonias al imperio en el que nunca se ponía el sol.

El director del Museu Arqueològic de Dénia, Josep A. Gisbert, explicará hoy en una conferencia sobre los barcos de guerra hundidos en la costa dianense (la charla forma parte del ciclo «Esguits d'història» y tiene lugar en el Museo de la Mar a las 20 horas) los detalles de este descubrimiento y de la investigación que ha permitido dar con el «DNI» de este pecio. Gisbert precisó ayer que en 2015 Asunción Fernández, la directora del Centro de Arqueología Subacuática de la Comunitat Valenciana; Carles Monfort, que también pertenece a esta institución; el submarinista Jean Castera, y él mismo geolocalizaron el derrelicto. Los vestigios confirmaban que se trataba de una nave de guerra. Pero faltaba atar cabos. Dar con documentos que permitieran esclarecer un naufragio que no figura en los libros de historia.

El investigador Josep Gisbert Garcia ha encontrado ahora en un archivo la pista definitiva. Ha dado con documentos de la disputa por hacerse con los despojos («jarcias y otros aderezos», así como las piezas de artillería) de la nave hundida. El pleito lo mantuvieron los mercaderes de Venecia que aseguraron el barco y el bayle general del Consejo de Aragón (encargado de administrar el patrimonio del rey). Lo que se pudo recuperar del navío, en cuyo naufragio pereció la mayor parte de la tripulación (a bordo iban tropas de infantería) quedó a disposición de la villa de Dénia. Las piezas de artillería del Sant Joan Heremita debían ser ciertamente singulares. Esta nave estaría artillada con culebrinas (pueden ser bersos, sacras o falconetes) y pedreros y morteros. En el Museu de la Mar, se expone ya el cargador del falconete encontrado por Castera junto a las numerosas balas de cañón.

No se sabe cómo acabó este litigio. Pero los documentos han permitido identificar un barco más del cementerio de pecios de la costa de Dénia. El hallazgo de los vestigios hundidos es comenzar a tirar del hilo. En este caso, han pasado 7 años hasta que se ha logrado desentrañar otro de los misterios arqueológicos que esconde la costa dianense.

El director del Museu Arqueològic también repasará hoy otros históricos naufragios de navíos de guerra, como el de la fragata Guadalupe, que se hundió en 1799 en les Rotes, o el del barco corsario francés Zefarin o Zéphir (el viento céfiro), que se fue a pique en 1813 frente a la Punta de Els Molins. Dénia ya lleva 38 años de arqueología subacuática. Da para muchas batallas.

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