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Proyecto

Benissa tramita un "hotel" para perros junto a viviendas y en suelo no urbanizable

La normativa impide instalar los módulos prefabricados de las "celdas" para los canes - Deberían alzarse muros de 3 metros para mitigar el ruido de los ladridos

Viviendas de la partida rural de la Coma Roja de Benissa. a. p. f.

Ningún vecino de la Coma Roja, una apacible partida rural de Benissa, podía imaginarse que aquí llegara el estrépito. Pero sí. Un proyecto de «hotel» para perros ya ha quebrado la calma. El ayuntamiento está tramitando la licencia ambiental que han pedido los promotores. Ya ha solicitado a la conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica que emita un informe sobre una «residencia canina» que estaría junto a varias viviendas. Los vecinos han presentado alegaciones avaladas por 65 firmas, las de todos los afectados. Esgrimen que el proyecto contraviene claramente las normas urbanísticas de Benissa.

El «hotel» colisiona, de hecho, con las ordenanzas que regulan las condiciones estéticas en edificaciones en suelo no urbanizable, que es la calificación que tiene la Coma Roja. Esas ordenanzas prohíben construir casetas prefabricadas con carácter permanente. Y es justo eso, una instalación prefabricada de metal de 181,71 metros cuadrados y con ocho «celdas» para perros, lo que los promotores de este negocio llaman «hotel» para canes.

Además, el impacto estético sería todavía más fuerte dado que la «residencia» debería estar rodeada de un muro de hormigón de, como mínimo, tres metros de altura o de pantallas acústicas fonoabsorbentes de también tres metros. Muros o pantallas son las medidas correctoras indispensables que plantea el estudio acústico. Incluso lanza que se podrían colocar collares antiladrido a los perros.

Sin medidas correctoras, la actividad sobrepasa los decibelios permitidos, que llegarían a 80, cuando lo máximo son 55 por el día y 45 por la noche.

Los promotores del «hotel» para perros pidieron la licencia el pasado mes de septiembre. A los vecinos les ha costado una barbaridad tener acceso al expediente. Se han reunido incluso con el alcalde, Arturo Poquet. La respuesta del ayuntamiento siempre ha sido la misma: el proyecto presentaba deficiencias.

Pero les escama que en el terreno ya se están realizando algunos trabajos e incluso se ha instalado una caseta prefabricada, denunciada por los residentes. Además, a finales de mayo, tuvieron conocimiento por una de las vecinas afectadas que el ayuntamiento había rechazado ya el 13 de enero todas sus alegaciones.

La residencia canina se levantaría en una parcela de 5.900 m2 en la que ya hay edificada una casa de 241 metros. Allí, según la normativa urbanística, no se pueden alzar más construcciones. Este proyecto necesita, además, de la declaración por parte de la conselleria del núcleo zoológico. La actividad, como se indica en la propia solicitud de licencia ambiental, está en la categoría de las calificadas como molestas, insalubres, nocivas o peligrosas.

A los vecinos les inquieta que el ayuntamiento no exprese sin titubeos su rechazo a que este «hotel» (en realidad, por la tipología de la instalación prefabricada, es una perrera) se ubique en una partida donde hay casas y los vecinos viven tranquilos. Ya les quita el sueño que la paz de la Coma Roja se pueda romper en el futuro por un coro de estridentes ladridos.

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