En la industria del juguete de Dénia y de la Marina Alta hay mucho que rasgar. Sí, rasgar, que no rascar. Los juguetes musicales y, sobre todo, las guitarras fueron uno de los grandes artículos que salieron de las fábricas de la comarca y llegaron a hogares de toda España y también de Argentina.

El director del Museu del Joguet de Dénia, Josep A. Gisbert, ha investigado esa especialización de las fábricas de juguetes alicantinas y valencianas en la guitarra y otros instrumentos. Está a punto de ver la luz un número de la revista Canelobre, del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, que incluye un artículo de Gisbert. Habla de los pequeños gramófonos de la fábrica Sauquillo y de la finura con la que se trabajaban en Dénia los juguetes de madera y hojalata (guitarras, bandurrias, violines, panderetas, el llamado tambor irrompible, saxofones, clarinetes) en los talleres de Oliver Morand Hnos, Asensio Linares, Luis Romans, Juguetes Sánchez o Vicente Serra Ferrándiz. Este último cerró en 2008.

A mediados del siglo XX, funcionaban en Dénia más de 50 fábricas de juguetes. Los productos llegaban a los niños de familias bien. Pero, poco a poco, se fueron democratizando. Entre la economía agrícola de la pasa y el despertar del turismo, en los duros años de la posguerra, la Marina Alta se agarró a la industria del juguete.

El director del Museu del Joguet ha conseguido rescatar la historia de una fábrica ahora desconocida, pero que en producción fue de las más punteras de la comarca. La fundó en 1956 en Ondara Juan Giner Carrió. Estaba en pleno centro urbano, en las calles Rosario y Sol. «Fue, sin duda, durante tres décadas, la fábrica con una producción de guitarras más visible en el ámbito de la Marina Alta», subraya Gisbert.

Es curiosa la especialización de este taller. Además de guitarras y violines de juguete y de iniciación musical, realizaba jaulas para pájaros. En el expositor de una feria de València de los años 60, se ve claramente esa doble vertiente. En primer término aparece una guitarra bautizada «Ángeles», el nombre de la hija del fundador de la fábrica. En una escalinata, alineados, están los distintos modelos de estos juguetes de cuerda. Colgadas en las paredes de la caseta, se ven las jaulas para jilgueros y canarios. Todo es música.

Gisbert destaca que Ángeles Giner Ramis le ha permitido escanear las fotografías antiguas y la documentación de esta fábrica de Ondara. Las entrevistas a los hijos del fundador son historia oral de la industria del juguete. Además, el director del Museu del Joguet cuenta ya con un catálogo de 1972 de la producción y precios de los artículos de Juan Giner Carrió. Afirma que podrá «tirar del hilo» (feliz expresión para referirse a juguetes de cuerda) e identificar productos que salieron de esta fábrica y que circulan en el universo del coleccionismo.