«Sí, nos hemos llevado un buen susto», afirmó ayer el alcalde de El Verger, Ximo Coll. A las 14.14 horas, se desató un voraz incendio. Avanzaba a toda prisa. El terreno, de seco matorral y de cañaveral, era muy propicio para que se propagaran las llamas. Además, soplaba viento.

El fuego se originó probablemente por una colilla arrojada en la cuneta de la N-332, carretera que se tuvo que cerrar al tráfico por el denso humo y para facilitar las tareas de extinción. Las llamas saltaron este vial y prendieron en los terrenos que lo separan de la AP-7. El fuego también pasó por encima de la autopista ahora liberada.

En poco más de dos horas, las llamas calcinaron cinco hectáreas (51.390 metros cuadrados). Los bomberos lograron controlar el incendio a las 16.31 horas. Fue decisiva la rápida intervención de los medios aéreos.

Las llamas y el humo se echaron encima de varias viviendas de campo (unas cuatro). No se llegó a desalojar a sus moradores, ya que antes ellos mismos abandonaron las casas a toda prisa. Cogieron a sus mascotas y salieron con los coches de las parcelas. El fuego no provocó daños en ninguna casa, pero se quedó a escasos metros.

El alcalde, que siguió allí mismo la evolución de las tareas de extinción, hizo un llamamiento a que los propietarios de terrenos los limpien y eviten que la maleza los invadan. Explicó que se temía que el incendio llegara a las casas y que también pudiera propagarse hasta el antiguo Safari Park de El Verger, donde hay una espesa vegetación.

En las labores de extinción, intervinieron dos helicópteros y dos aviones, unidades de bomberos de los parques de Dénia y Benissa, bomberos forestales de Benissa y Parcent y las brigadas helitransportadas de Cocoll y Mutxamel. La policía local de El Verger desvió el tráfico de la N-332.