Hace ahora dos años Dénia desveló un nuevo descubrimiento subacuático. Los submarinistas Rafa Martos y Javier Reyes habían encontrado un antiguo barco hundido. Del fondo arenoso, sobresalían las cuadernas. Hallaron también tres piezas cerámicas, una escudilla de Paterna de estilo esquemático, un «pitxer» (jarro con asa) vidriado en verde manganeso y un «tabac» (una fuente o plato grande y hondo) vidriado en verde. La cerámica permitió situar el naufragio en la segunda mitad del siglo XIV.

El derrelicto Martos/Reyes, que así se bautizó a este pecio, ha aportado información trascendental de un periodo, el del conde de Dénia Alfons el Vell, en el que el puerto dianense recobraba su nervio comercial.

«Las rutas comerciales empezaban a recuperarse tras la peste negra de 1348. De los puertos valencianos salía una importante producción agrícola. Y ya entonces, en el siglo XIV, sabemos que el de Dénia exportaba uva de moscatel. Ahí está el origen del gran comercio de la pasa del siglo XIX», explicó ayer a Levante-EMV el arqueólogo Josep Vicent Lerma, quien esta tarde, en el Museu de la Mar de Dénia (la charla forma parte del ciclo «Esguits d'història»), hablará del derrelicto Martos/Reyes, de las cerámicas (las ha contextualizados con otras como las halladas en 1960 en el Puig) y de las singladuras comerciales de los siglos XIV y XV.