Más desolación. La hasta ayer densa pinada de la partida de Benimadrocs de Xàbia, próxima al Montgó, ha despertado hoy convertida en carbón y ceniza. El silencio es aquí sinónimo de desastre. Esta bosque suele desperezarse con la música del piar de los pájaros. El fuego ha dejado una nueva muesca en el término de Xàbia, castigado no hace tanto por incendios tan terribles como el de 2015 en la Plana del Montgó y el Cap de Sant Antoni (444 hectáreas destruidas) y el de 2016 en la Granadella (812 hectáreas). Esta vez las llamas han arrasado dos hectáreas.

El consorcio de bomberos dio por controlado el fuego pasadas las 23 horas. En las próximas horas, se declarará extinguido. No ha ardido una superficie muy grande, pero Xàbia pierde otro bosque. La pinada era espesa y eso contribuyó a que las llamas cogieran fuerza. El municipio tiene muchas zonas como esta de Els Benimadrocs, de interfaz urbano-forestal. Las viviendas se meten en el bosque. El ayuntamiento ha abierto en urbanizaciones limítrifes al Montgó o en el Rafalet, el Rebaldí y les Capsades cortafuegos para proteger las viviendas. Pero es imposible llegar a todos los rincones en los que las casas y las pinadas se confunden.

El incendio de ayer llegó a calcinar setos de casas de campo. No fue necesario realizar desalojos. Los vecinos, eso sí, vivieron el fuego, que se declaró pasadas las 19 horas, con angustia y con un pie fuera de sus viviendas, preparados para abandonarlas a toda prisa. La rápida intervención de los bomberos, Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil, así como de los medios aéreos, que apuraron las últimas horas de luz, fue decisiva para apagar rápidamente las llamas. En el operativo, también participó la Cruz Roja. La respuesta fue inmediata.