A un puñado de turistas les ha salido hoy caro el baño en la cala de la Barraca de Xàbia. Han aparcado su coche en laterales de la calle de acceso donde está prohibido. Han hecho caso omiso a la línea amarilla pintada en el extremo del vial e incluso a las señales de prohibido aparcar que advierten, además, de que la grúa se puede llevar el coche. Algunos conductores han "empotrado" sus vehículos entre los pivotes de plástico. También han ignorado los precintos colocados por la policía local.

Los agentes han acudido a la cala y han dejado el boletín de denuncia en todos esos coches que sus dueños habían estacionado en zonas prohibidas.

Esta cala tiene control de acceso y, cuando ya no queda aparcamiento, los vigilantes no dejan bajar más vehículos. También evitan que entren más visitantes a pie cuando ya se ha completado el aforo (475 bañistas). A veces se enfrentan a situaciones de mucha tensión. La policía ha tenido que colocar un precinto junto a la barrera dado que había conductores que aceleraban y se colaban cuando los vigilantes iban a explicarles que la cala estaba ya cerrada.

Hoy ha habido conductores que para caminar lo mínimo posible han dejado el vehículo donde está prohibido. Al volver a recogerlo, se han llevado la sorpresa de la multa.