El verano del coronavirus, el de los aforos y las distancias de seguridad, ha acelerado las medidas contra la masificación en el litoral de la Marina Alta. Pero hay bañistas que no están por la labor. Desde junio, cuando ya se permitía viajar de una provincia a otra, las calas de la comarca, sobre todo las de les Rotes, en Dénia, Xàbia, el Poble Nou de Benitatxell y Benissa, se han llenado de turistas de un día. Se han tenido que acostumbrar a llegar pronto a les Rotes, a la Granadella, a la Barraca o a reservar online para disfrutar de la cala del Moraig. Si remoloneaban, se encontraban la barrera bajada.

Ese respiro en la capacidad de carga (término de moda en el turismo sostenible) debía venirle muy bien al litoral más frágil de la Marina Alta. Sin embargo, los últimos días dejan una retahíla de conductas incívicas. Basta caminar por los viales que llevan a la Granadella o a la Barraca, las dos calas más conocidas de Xàbia, para encontrar las cunetas salpicadas de mascarillas. La basura de la pandemia ha llegado a los tramos litorales más bellos. En el vial del Pic Tort, que sube en zigzag desde la cala, se ven mascarillas colgadas de los arbustos.

Hay bañistas que son tremendamente tercos. La policía de Xàbia tuvo que precintar la pasada semana la senda que baja desde la Creu del Portitxol a la cala de la Barraca. Los controladores de Vectalia, que cierran el acceso cuando no queda aparcamiento y cuando el aforo está ya completo, detectaron que en una mañana podían colarse hasta 90 personas por esa senda. La policía precintó el tramo final. El departamento de Medio Ambiente puso en la Creu del Portitxol carteles que advertían de que por allí estaba prohibido acceder a la Barraca.

El precinto y los carteles han durado un suspiro. Los bañistas los han arrancado. Los controladores y los auxiliares de la Generalitat de «Platges Segures» acuden a la Creu del Portitxol y avisan de que por allí no se debe bajar a la cala. Insisten en que en el acceso principal vigilan el aforo y que si hay un cupo en ésta y otras playas es para guardar distancias y prevenir contagios.

Mientras, el Ayuntamiento del Poble Nou de Benitatxell ha hecho un llamamiento a los bañistas para que se lleven de la cala dels Testos la basura que generan. La brigada municipal y la empresa SVS retiraron la pasada semana neveras portátiles, sombrillas, vidrios, plásticos, latas y hasta parrillas, lo que delata que aquí, donde el riesgo de incendio es enorme, se ha prendido fuego. Una temeridad.

El caos de coches en Xàbia se ha trasladado ahora al Camí de la Cala Blanca. Los coches aparcan en un extremo de este estrecho vial. Una ambulancia lo tendría mal para pasar.