Un botellón convocado a modo de fiesta de fin de verano reunió en la madrugada del jueves al viernes en la playa del Portet de Moraira a más de cien jóvenes. Estaban en la arena y la presencia de tantos jóvenes y el alboroto llamaron la atención de los vecinos. Llamaron a la Policía Local. Los agentes disolvieron el botellón sin que los jóvenes opusieran resistencia. Recogieron las bebidas y se marcharon. En pocos minutos la playa quedó desierta.

Las policía locales de los municipios más turísticos de la Marina Alta se han enfrentado este verano al problema del botellón. Cerrado el ocio nocturno, muchos jóvenes se han montado la fiesta por su cuenta. Se pasaban mensajes de wasap y, al final, ocurría lo que en el Portet, que acudía un buen número de jóvenes. En todos estos pueblos, se ha insistido en que estas fiestas ilegales podían ser un foco de contagio de coronavirus.